Estamos ante un proyecto en el que el uso de contenedores para albergar espacios vivideros podría estar justificado por la situación de este edificio en una ciudad portuaria como Le Havre. Por su puerto cada día pasan miles de productos encerrados en estos cajones de metal.
Una retícula estructural de acero sirve de soporte a los contenedores dejando espacio libre entre ellos para colocar las comunicaciones verticales. En el interior de cada uno se crea el espacio para que viva un estudiante, incluyendo zonas de dormir y estudiar, baño, cocina y comedor, todo en un ancho de unos 2,30m. Las cajas metálicas se abren completamente en cada uno de sus extremos potenciando el carácter longitudinal del espacio interior.
Fuente:plataforma arquitectura